Sobre nosotros

En el año 1980 comencè a servir al Señor en una Iglesia cristiana de la ciudad de Posadas, Misiones. 

Seis años despuès, siendo un pastor, trabaje para Dios en las localidades de Ingeniero Allàn, Gutierrez y Arturo Segui, por 17 años.

Un dìa caì. Me apartè de todo y me fuì hundiendo en la oscuridad, las drogas y el delito, por la misma cantidad de años que habìa servido al Señor.

Una noche, estando abatido, solo y perdido en una pequeña y hùmeda celda, su presencia me despertò, èl, estaba reluciente en medio de la oscuridad al pie de mi cama, ¡Oh Jesùs !

Ese fue el comienzo de mi restauraciòn y del proceso que me fue llevando a dejar atràs todo esa mala manera de vivir.

Con el correr del tiempo empecè a congregarme, volviendo a la casa de Dios como si fuera el hijo pròdigo,  tomè conciencia de cuàn bajo habìa llegado en las ùltimas dos dècadas y sentì mucho dolor y mas tarde, arrepentimiento.

Pasè tres años escribiendo y editè seis libros cristianos mientras oraba  por un deseo secreto; ¡Señor dejame ser otra vez  tu siervo!.

Todo este tiempo junto a mi familia nos reunìmos en cada culto felices, pero no podìa olvidar aquellos que quedaron encerrados en las profundidades allà lejos, sentì ese llamado y me di cuenta que pronto llegarìa el tiempo.

En breve, el Señor puso en mis pensamientos invitar a una persona a la iglesia. Hacìa mucho que no lo veìa y ni siquiera habìamos sido grandes amigos. Solo tenìa su nùmero telefònico y le enviè ese mensaje.

 Cuando me contestò que con gusto me acompañarìa, si no fuese que, hacìa màs de un año, se hallaba preso, entendì claramente que el Señor me estaba llamando hacìa esos lugares donde aquella vez en una celda se me habìa presentado, y aun me lo confirmò  cuando invitando a mi pastor y a lideres visitar esa càrcel, nadie lo hizo.

Allì me sentì muy solo, pero me confortaba saber que el espìritu Santo me estaba guiando. 

Cuando visitè en la prisiòn a Pablo, al que el Señor trasladò al pabellòn cristiano, supe que Dios lo utilizarìa como una herramienta en sus manos.

A partir de ese momento  nuestro Padre tomò el control y me fue diciendo en el corazòn cada cosa que debìa hacer. El enemigo ha tratado de fustrarme, de todas maneras quiso impedirme y limitarme, pero nada me detuvo. Tampoco pudo frenar a Pablo, a quien el Señor le iba mostrando cada corazòn que debìa atraer.

Siguiendo los designios de Dios, instalè una radio cristiana, una pagina y transmitimos en vivo esa palabra de vida en abundancia.

El Señor por medio de Pablo fue llamando a otros obreros a la mies, primeramente a Hugo, que diò el puntapiè inicial en la radio hasta que fue trasladado y luego llegò Alejandro, quien por muchos años tuvo el encargo de evangelista carcelario mientras cumplìa su condena. Tambièn se uniò Beto Zeballos, un siervo que recuperarà su libertad en meses.

Todos empezamos a tomar protagonismo en las redes, sembrando la palabra de Dios y multitudes se convirtieron en fans o seguidores de esta radio, a la que mas tarde se convirtiò en ministerio, con  el nombre de Corazòn Cristiano.

Cuando en solo un mès nos acompañaban màs de 17000 personas,  me encontrè escribiendoles personalmente a casi mil de ellas, que me contaban situaciones difìciles que estaban atravesando. 

El Señor me permitiò crear un grupo de oraciòn y decenas se sumaron. Abrì esta pàgina para publicar mis libros de fe que son leidos y comentados.  

Y en solo un año, en un terreno cercano donde habìa sido pastor tantos tiempo, levanté una construcciòn como  lugar de reuniòn de este movimiento que también funciona como comedor, roperito, enseñanza de oficios, y alfabetizacion, con la particularidad que no se reciben ofrendas en dinero, ni se hacen ventas de nada para recaudar, sino que se sustenta con colaboraciones solo en productos alimenticios para ser cocinados y repartidos.

Cada día abrimos para ayudar a los necesitados y los domingos por la tarde a compartir la palabra de Dios.

Señor a Ti la Honra, la Gloria y la Alabanza.

                                                                 Claudio